Después de una pausa de seis años, el Victoria Secret Fashion Show está de regreso, y el futuro de la marca de lencería está siendo moldeado por las mujeres.
La presencia de la mirada femenina se sintió durante toda la noche con una producción que contó con una alineación musical compuesta exclusivamente por mujeres y un elenco diverso de modelos que vestían lencería más sofisticada (y en algunos casos, más cómoda), que incluía leggings y trajes de baño transparentes.
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Lisa, del supergrupo de K-pop Blackpink, dio inicio al evento con una actuación inaugural, y Gigi Hadid se elevó desde el suelo del escenario sobre una pasarela que parecía la mezcla perfecta entre el set de la película "Barbie" y un videojuego de los 80. Hadid, junto con otras modelos, lució las características alas de ángel de la marca (este año, las versiones con plumas falsas fueron aprobadas por PETA).
Parecía haber más caras morenas y negras en la pasarela que en cualquier otro momento en la historia del desfile, muchas de las cuales llevaban peinados naturales, así como también algunas modelos de talla grande y mayores caminando.
La multitud gritó mientras Adriana Lima, una de las “ángeles” originales de Victoria’s Secret, desfilaba por la pasarela junto a algunas de las modelos más solicitadas de la moda: Bella Hadid, Alex Consani y Paloma Elsesser. Kate Moss, que cumplió 50 años en enero, hizo su debut en el Victoria’s Secret Fashion Show, con su hija Lila también como modelo.
Luego estuvo Cher, la estrella indiscutible de la noche, que ofreció una interpretación espectacular de “Believe” y “Strong Enough”. La periodista de moda Roxanne Robinson le dijo a CNN: “las modelos podrían haber estado desnudas y nadie se habría dado cuenta”.
’Trabajo en progreso'
Durante décadas, Victoria’s Secret se autoproclamó la árbitra de lo sexy y en los años 90 se hizo omnipresente en los centros comerciales estadounidenses con productos populares como el sujetador push-up "Miracle". La marca definió la feminidad con supermodelos apenas cubiertas en catálogos y campañas, así como en su pasarela anual.
El Victoria’s Secret Fashion Show, que se transmitió por primera vez en línea en 1999 y luego se televisó en 2001, se convirtió en un espectáculo de lencería cargado de sexo visto por millones de personas en 200 países en su apogeo, con actuaciones de Destiny’s Child, Justin Timberlake y Kanye West.
Pero su gastada estrategia —de modelos mayoritariamente blancas y delgadas— perdió su brillo a fines de la década de 2010. La marca tuvo que defenderse de acusaciones de sexismo, discriminación por edad y una negativa a atender a mujeres de todas las formas y tamaños, en particular después de los comentarios incendiarios sobre modelos transgénero y de talla grande hechos por un ejecutivo de marketing de su entonces empresa matriz, L Brands, en 2018.
Para ese año, la audiencia del desfile de moda ya se había desplomado , de 9,7 millones en 2013 a 3,3 millones. Al mismo tiempo, nuevas marcas como Savage X Fenty de Rihanna, le quitaron un mordisco al dominio del mercado de Victoria’s Secret al ofrecer tallas inclusivas y un elenco más diverso en sus campañas y eventos.
Malos comentarios
El elenco multirracial, de diferentes tamaños y generaciones del martes es la última apuesta de Victoria’s Secret por una renovación de marca, al tiempo que recupera algo del kitsch y el carácter exagerado del otrora icónico show, ahora transmitido en vivo en sus plataformas de redes sociales en lugar de estar muy editado como un especial de televisión.
Sarah Sylvester, vicepresidenta ejecutiva de marketing de Victoria’s Secret, lo calificó como un reconocimiento de "las partes de nuestro ADN que amamos y que son importantes para nosotros, y darnos cuenta de que también podemos evolucionar y ser más modernos y más inclusivos", dijo a CNN en una videollamada antes del desfile.
Los críticos han acusado a la marca de no ser auténtica en sus esfuerzos por proyectar una imagen de inclusión. Cuando se le preguntó si el desfile era una forma de abordar los titulares negativos desde 2019, su directora creativa y de diseño, Janie Schaffer, respondió: “Sí, en resumen, absolutamente”.